Azul, Naranja, Rojo fue creada en 1961 por Mark Rothko al comienzo de su última década de trabajo. Para entonces, ya dominaba plenamente sus técnicas de Campo de Color, pero aún era capaz de encontrar nuevas formas de producir variaciones sobre este mismo tema. Esta pieza sigue siendo una de las más brillantes de todas las que realizó en este estilo. La parte más memorable de esta obra en particular es sin duda el contraste entre los tonos azul y rojo, algo que el artista habría planeado por completo. El resultado es impactante, ya que Rothko normalmente usaba tonos más sutiles para el fondo, dejándolo actuar discretamente tras las formas principales de color. Le gustaba dejar pequeños huecos para que el fondo se viera a través de ellos y, en algunos casos, incluso aportar un poco de equilibrio. Sin embargo, en Azul, Naranja, Rojo decide ser mucho más audaz y otorga al entorno imprimado una mayor prominencia mediante la elección del tono. Otro punto a destacar es la gran densidad de la obra, con formas más grandes en la parte superior que se reducen lentamente a medida que avanzamos por la pintura. Esto podría darnos todo tipo de ideas, como humo ascendente o un elemento que se aplasta con el tiempo. Rothko se alegraba de que los espectadores vieran lo que quisieran en sus obras abstractas.